sábado, 10 de febrero de 2007

Finalismo contra Genetismo


Poéticamente hablando (y un poco también en mi vida) soy finalista. Al leer un poema, yo creo que hay que buscar a uno mismo en la magia de los versos, así pues es el lector el que crea cada poema adaptándolo a su manera de ser. Habría, de esta manera, tantas versiones de un mismo poema como lectores hubiera del mismo y el autor se convertiría al escribir su poema en un lector más (un lector con ventaja para apropiarse de cada imagen, eso sí) y su versión del poema sería una más.
Por otro lado, mi amigo Daniel es Genetista. Cree que al leer un poema hay que buscar lo que quería decir el autor al escribirlo, remontarse a sus orígenes para buscar el alma del poeta, que se convierte en el único creador y dueño de su poema.
Aquí te propongo este duelo de maneras de interpretar la poesía y su creación.
Elige Finalismo o Genetismo y explica por qué estás de acuerdo con una u otra manera de interpretar la poesía. Si necesitas alguna aclaración te la daré gustosamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El guante está arrojado. El finalismo ha vuelto a desempolvar las armas y plantarle cara al genetismo. No quedará impune su bravata. La sinrazón contra la razón. El capricho del lector contra el sabio buen hacer del poeta. Sin genetismo no existirían buenos poetas, sólo buenos (y bondadosos) lectores.

Queda aquí expuesta mi rotunda y resuelta decisión de disputar contra todo aquél que vea en el finalismo la excusa perfecta para erigir en creadores los antojos del lector.

La poesía es un tesoro, un cofre que sólo puede ser abierto con una llave. Sólo una sirve, y la misión del lector es buscarla poco a poco entre las metáforas, las imágenes, el ritmo del poema hasta dar con ella, hasta volver a forjarla y comulgar plenamente con el alma del poeta.

Bueno, queda abierta la cuestión, por si alguien quisiera ponerse a mi lado o en contra.